QUIENES SOMOS

 

 

 


Ballet Folklórico Mexicano

«LOS RANCHEROS»

Fundación

 Funda el Ballet Folklórico LOS RANCHEROS, Susana Moraleda, mexicana, el 7 de abril de 1977, en el ámbito de la asociación cultural de una organización internacional con sede en Roma, Italia, con el único objetivo de difundir el folklor mexicano en Italia y en Europa, sin fines de lucro.

 

 

Vestuario

 

 Una parte del vestuario fue amablemente obsequiada por las esposas de los ex-presidentes de la República Mexicana, la Sra. de López Portillo y la Sra. Esther Zuno de Echeverría, gracias a la intervención del ex-embajador de México en Roma a su tiempo, Excmo. Sr. Lic. Augusto Gómez Villanueva. El resto del vestuario fue comprado en México durante los viajes privados de Susana y algunos miembros del grupo. Actualmente el Ballet cuenta con más de 250 trajes de 19 distintos tipos.

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Breve historia

La llegada de un nuevo embajador a Roma ocasionó la sugerencia de parte de un funcionario de la Embajada, de que Susana preparara una fiesta mexicana con bailes regionales, sabiendo que había estudiado baile regional mexicano desde niña, y participado como bailarina en el grupo profesional del Seguro Social de la Ciudad de México. Dicho funcionario financió de su propio bolsillo los primeros trajes tradicionales que Susana mandó hacer en Roma mismo, en manera sencilla, aunque no muy económica. Luego se ocupó de encontrar adeptos: 12 mexicanos de paso por Roma, a quienes les impartió lecciones de bailes sencillos en los que habrían de exhibirse 3 meses después.

Gracias a que Susana trabajaba en una organización internacional, logró disponer de un salón para poder impartir las lecciones, con la condición de que se creara formalmente el Grupo dentro del ámbito de su asociación cultural. Las primeras presentaciones se hicieron en la Embajada Mexicana y en el Colegio Mexicano (residencia de sacerdotes mexicanos en Roma).

Sucesivamente el Grupo fue solicitado por la Oficina de Turismo de México en Roma para colaborar en sus programas de fomento turístico y se comenzó a hacer presentaciones en varias localidades de Italia. Algunos empresarios comenzaron a aparecer y a proponer espectáculos.

A raíz de una serie de presentaciones, un buen número de italianos y otros extranjeros comenzaron a mostrar interés por los bailes mexicanos y la cultura mexicana en general. Aunado al hecho de operar en ambiente internacional, el resultado fue un grupo con representantes de varios países.

En 1982 la Embajada Mexicana propone la creación de una escuela de folklor mexicano en Roma, bajo el patrocinio de la misma y bajo la dirección y asesoría de Susana, quien se empeñaría en impartir las clases. Sin embargo, dicho proyecto no se logra llevar a cabo por falta de subvenciones.

En 1985, después del desastroso terremoto de México, Susana organiza, junto con la Caritas Diocesana de Roma y la Cruz Roja Internacional, dos espectáculos para recaudar fondos para ser enviados a los damnificados de México. Se logra enviar alrededor de $40,000 dólares de entonces.

Varios otros sucesos importantes llenaron la vida del Ballet Los Rancheros en los años siguientes.

En el Grupo «Los Rancheros» Susana ha involucrado a su familia. Su esposo, Nino Dragotto, italiano, desempeña el papel de Presidente; su hija Marisol es la primera bailarina y Vice-Directora; su hijo Luis tocó la guitarra y la vihuela por varios años en el primer mariachi creado en el ámbito del Grupo, y posteriormente fundó el segundo. Actualmente estos dos mariachis trabajan independientemente. El tercer mariachi se forma a partir del segundo, y el cuarto y el quinto mariachi a partir del primero. Es el Mariachi Tierra de México de Fiore Angerame el que colabora con el Ballet en la actualidad.

Además, Susana y Marisol van periódicamente a México para tomar cursos de folklor mexicano en las escuelas principales de la Ciudad de México para poderse mantener al día y renovar el repertorio del Grupo.

El Grupo ha sobrevivido ya 40 años (al 2017). Ha engendrado a su vez a otros 4 grupos de baile folklórico mexicano: 2 en Roma, uno en Ecuador y otro en Portugal, quienes llevan a cabo sus actividades separadamente.

Más de 300 personas de 28 distintas nacionalidades han aprendido baile mexicano con Susana en Roma. Ha habido momentos de alegría y también de tristeza, como en todas las situaciones de la vida, pero ella no se desanima. Su insaciable ambición de dar a conocer el verdadero folklor mexicano fuera de su país, le da la fuerza para seguir adelante.

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